La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente y afecta a 1 de cada 3 personas adultas. Se produce por el aumento, sostenido en el tiempo, de la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
Es una enfermedad que generalmente no da síntomas y, si no se diagnostica y no se trata, provoca frecuentemente complicaciones graves. Como el infarto de corazón, el accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño renal.
La presión arterial varía a lo largo de la vida. Por lo general, los bebés y los niños tienen una presión mucho más baja que los adultos. La actividad también afecta a la presión arterial: aumenta durante el ejercicio y disminuye durante el reposo. La presión arterial varía, también según el momento del día, ya que es más elevada por la mañana y más baja por la noche durante el sueño.
Se dice que la HTA es multifactorial porque está determinada e influenciada por muchos factores distintos. Algunos de los factores que provocan esta enfermedad son: la herencia, la edad, la obesidad, el consumo excesivo de sal, el consumo excesivo de alcohol, fumar, el uso prolongado de algunos medicamentos y la falta de actividad física.
Realizar revisiones periódicas de la presión arterial es la única manera de detectar la hipertensión en sus inicios. Mucha gente tiene la presión arterial elevada durante años sin saberlo.
Frecuentemente se cree que la presión arterial ha subido cuando se siente dolor de cabeza o se tienen mareos, y ese es el momento en el que se toma la medicación. Esto es un grave error, las medicinas deben tomarse de acuerdo a las instrucciones de un médico.
El médico puede pedir que se registre la presión arterial en casa para obtener más información y confirmar si el paciente tiene presión arterial alta o no.
El control de la presión arterial en casa es una forma importante de verificar si se tiene presión arterial; corroborar si el tratamiento para la presión arterial alta funciona o diagnosticar el empeoramiento de la presión arterial alta.
En la gran mayoría de los casos, la HTA no puede curarse, pero sí controlarse con medicamentos. El tratamiento indicado debe continuar sin interrupciones durante toda la vida y es el médico la persona que hará los ajustes necesarios en el número de pastillas y sus dosis para mantener su presión arterial dentro de los valores recomendados.
Nunca es demasiado tarde para hacer cambios saludables en el estilo de vida, como dejar de fumar, consumir alimentos saludables y realizar más actividad física. Estas son las primeras formas de protegerte contra la presión arterial alta y sus complicaciones, incluidos los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.
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